El engaño del ser humano frente a la sabiduría de Dios: Un análisis bíblico

 La Biblia presenta una dicotomía fundamental entre la sabiduría de Dios y el engaño del ser humano. Desde el Jardín del Edén hasta el Apocalipsis, se observa una constante lucha entre la voluntad divina y la humana. Este análisis detallare, paso a paso, las razones por las que el ser humano se opone a la sabiduría de Dios y, utilizare versículos bíblicos como base.

Veamos el origen del engaño: 

En Génesis 3, encontramos la historia de la caída del hombre. La serpiente, símbolo del engaño, tienta a Eva a comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, prometiéndole sabiduría y conocimiento. Ella, a su vez, convence a Adán de unirse a ella en la desobediencia.

Ahora bien, cuáles son las razones de este engaño:

Sin duda alguna, “el orgullo”, fue parte fundamental en este golpe hacia la humanidad. Por el deseo de querer ser como Dios, de tener conocimiento y poder ilimitados (Génesis 3:5).

Incredulidad: No creer en la advertencia de Dios y en las consecuencias de la desobediencia (Génesis 3:4).

Deseo de autonomía: La búsqueda de independencia y libertad para tomar sus propias decisiones, sin la guía de Dios (Génesis 3:6).

¿Consecuencias del engaño?

La humanidad pago, ha pagado y, sigue pagando cara las consecuencias del engaño porque eso trajo:

Separación de Dios: La desobediencia trajo como consecuencia la separación de Dios, la pérdida de la comunión y la vida eterna (Génesis 3:23-24).

Entrada del pecado al mundo: El pecado, con todas sus consecuencias negativas, entró en la humanidad a través de la desobediencia (Romanos 5:12).

Corrupción de la naturaleza humana: La naturaleza humana quedó inclinada hacia el mal, con una tendencia natural a pecar (Génesis 6:5).

Además, La oposición a la voluntad de Dios:

A lo largo de la historia bíblica, se observa una constante oposición a la voluntad de Dios por parte del ser humano. Algunos ejemplos:

La construcción de la Torre de Babel: Un intento de alcanzar el cielo y desafiar la autoridad de Dios (Génesis 11:1-9).

El pueblo de Israel constantemente desobedeciendo a Dios y adorando a otros dioses: A pesar de las advertencias y los milagros, el pueblo de Israel se rebelaba contra Dios (Éxodo 32:1-8).

El rechazo de Jesús por parte de los líderes religiosos: A pesar de las señales y las enseñanzas de Jesús, los líderes religiosos lo rechazaron y lo crucificaron (Mateo 27:1-50).

Veamos algunas razones por las que rechazaron a Jesús:

“(Primeramente, un plan definido de Dios, opinión personal conjeturas mías)”

Miedo a lo desconocido: El ser humano teme lo que no puede controlar o comprender.

Apego a las cosas materiales: El deseo de riqueza, poder y placeres terrenales.

Orgullo y soberbia: La creencia de que el ser humano no necesita a Dios y puede valerse por sí mismo. 

Estos puntos han sido notorios en el pasar de la historia humana.

La sabiduría de Dios versus el engaño humano:

La sabiduría de Dios se caracteriza por ser:

Eterna e infalible: Proviene de Dios, quien conoce el pasado, presente y futuro (Proverbios 3:19).

Buena y santa: Busca el bien de la humanidad y conduce a la vida eterna (Salmo 119:105).

Humilde y llena de gracia: No busca exaltarse a sí misma, sino que se ofrece gratuitamente a todos (Santiago 3:17).

El engaño humano, por otro lado, es:

Temporal y falaz: Se basa en la mentira y la manipulación, y conduce a la destrucción (Proverbios 14:12).

Egoísta y destructivo: Busca el beneficio propio sin importar el daño que pueda causar a los demás (Santiago 3:15).

Orgulloso y arrogante: Se basa en la autosuficiencia y la negación de la necesidad de Dios (Proverbios 16:18).

Bueno, en conclusión: El ser humano, en su estado natural, está inclinado al engaño y a la oposición a la voluntad de Dios.

Sin embargo, la gracia de Dios a través de Jesucristo ofrece la redención y la posibilidad de vivir una vida conforme a la sabiduría divina. 

La decisión de aceptar la sabiduría de Dios o seguir el engaño del mundo es personal, y tendrá repercusiones eternas.

 

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Como siempre hasta la próxima entrega.