Gratitud por las Bendiciones en Cristo

El versículo en Efesios 1:3, es el inicio de una carta escrita por el apóstol Pablo a los creyentes en Éfeso, una ciudad de importancia en la época del Nuevo Testamento.


Vamos a desglosarlo paso a paso para entender su significado:


“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”: Pablo comienza reconociendo y alabando a Dios, identificándolo como el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.


Aquí se establece una relación trinitaria, reconociendo a Dios como Padre y a Jesucristo como el Señor, lo que indica la divinidad de Cristo.


“Que nos bendijo con toda bendición espiritual”: Pablo enfatiza que Dios nos ha bendecido con todas las bendiciones espirituales.


Esta bendición no es parcial ni limitada, sino completa y abundante. Las bendiciones espirituales incluyen la salvación, el perdón de pecados, la adopción como hijos de Dios, el don del Espíritu Santo, entre otras.


“En los lugares celestiales en Cristo”: Aquí se señala el lugar de origen y la naturaleza de estas bendiciones espirituales. Son “en los lugares celestiales”, es decir, tienen su fuente en el reino celestial, en Dios mismo.


Además, estas bendiciones se otorgan “en Cristo”, lo que significa que están disponibles para aquellos que están unidos a Él por la fe.


La relación con Cristo es fundamental para recibir estas bendiciones espirituales.


En términos generales, este versículo destaca la riqueza de las bendiciones espirituales que Dios ha otorgado a los creyentes en Cristo. Estas bendiciones son abundantes, completas y tienen su fuente en Dios mismo.


Ahora, vamos a respaldar este análisis con otros pasajes bíblicos:


Bendición en Cristo: Pablo enseña en su carta a los Gálatas que los creyentes son bendecidos en Cristo Jesús (Gálatas 3:14). Esta idea es central en la teología paulina, donde la unión con Cristo trae consigo todas las bendiciones espirituales.


Abundancia de bendiciones: En el Salmo 103:2, David declara: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios”.


Aquí se enfatiza que Dios otorga múltiples beneficios a sus hijos, lo que sugiere la abundancia de sus bendiciones.


Fuente de bendiciones en Dios: Santiago 1:17 dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.


Esto subraya que todas las bendiciones provienen de Dios, quien es la fuente de todo lo bueno.


¿A qué se refería Pablo? El apóstol Pablo estaba escribiendo a los creyentes en Éfeso para recordarles la realidad y la profundidad de las bendiciones espirituales que tienen en Cristo.


Quería que comprendieran que estas bendiciones no son meramente teóricas o futuras, sino presentes y accesibles para ellos en su caminar diario con Cristo.


Además, quería que vivieran en la gratitud y la alabanza por estas bendiciones, reconociendo a Dios como la fuente de todo lo bueno en sus vidas.


Gracias por leer esta reflexión y ser parte de este blog.

               como siempre hasta la próxima entrega.




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