Análisis Detallado de “setenta veces siete” en Mateo 18:21-35

En Mateo 18:21-35, Pedro pregunta a Jesús cuántas veces debe perdonar a su hermano que peca contra él.

Esta pregunta surge en el contexto de la enseñanza de Jesús sobre la disciplina en la iglesia (Mateo 18:15-20), donde Jesús instruye a sus discípulos sobre cómo tratar con un hermano que peca: primero, hablar con él en privado; luego, si no se arrepiente, llevar a uno o dos testigos; y finalmente, si todavía no se arrepiente, llevarlo ante la iglesia.

La pregunta de Pedro revela dos cosas importantes: su deseo de obedecer a Jesús y su lucha para perdonar. Pedro parece pensar que perdonar a alguien siete veces ya es demasiado.

Sin embargo, la respuesta de Jesús es sorprendente: “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22).

Significado de “setenta veces siete”

El número “setenta veces siete” es una hipérbole que representa un número infinito. En la cultura judía, el número siete se consideraba completo o perfecto, por lo que multiplicar siete por setenta es una forma de decir “incontable”.

Es crucial comprender que Jesús no está diciendo que Pedro deba llevar un registro de cuántas veces perdona a su hermano. Más bien, está enseñando que el perdón debe ser incondicional. No hay límite para el número de veces que un cristiano debe perdonar a otro.

Este concepto se refuerza en Mateo 6:14-15, donde se nos recuerda que si perdonamos a otros, también seremos perdonados por Dios.

Además, en Lucas 17:3-4, se subraya la importancia del perdón al mencionar que incluso si alguien nos ofende repetidamente y se arrepiente, debemos perdonar.

Conclusión, la enseñanza de Jesús sobre el perdón es radical y desafiante. Nos insta a perdonar a otros, incluso cuando nos han herido repetidamente. Aunque perdonar no es fácil, es esencial para una vida cristiana plena.

Para concluir, recordemos Efesios 4:32, que nos exhorta a ser benignos, misericordiosos y perdonarnos mutuamente, así como Dios nos perdona en Cristo.

Que este análisis nos motive a practicar un perdón incondicional y a vivir en comunión con Dios y nuestros semejantes.

¡Que la bendición del Altísimo esté sobre ti!

Gracias por ser parte de este blog y como siempre hasta la próxima entrega.



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